Hace un tiempo escribí un post contando que Joaquin me estaba mordiendo. En el post cuentos sobre las razones de por qué los bebés muerden sino lo leyeron lo pueden leer aquí.  Para las que me han escrito preguntando cómo solucioné el tema de los mordiscos… les confieso que todavía no lo solucioné por completo, pero si hemos mejorado bastante. En mi desesperación, luego de que Joaquin mordió en el parque más de una vez, les escribí a psicólogas SOS. Lara y Maria fe son dos chicas que dan asesorías y asistencia a papás, buscan ayudarnos a entender un poco más a los niños y darnos algunas herramientas para enfrentar los retos de la crianza. Me pasaron varios tips que compartiré con ustedes en este post.
Cuando me junté con ellas empecé por contarles que he notado que Joaquin muerde por dos razones: cuando está emocionado y cuando está molesto. De emoción y felicidad, como cuando me muerde a mi , porque no sabe como expresar el amor y emoción que siente: “me muero tanto por ti mamá que te quiero comer” (awww es muy tierno ahora que lo pienso).  Cuando está molesto también me muerde a mi y a otros, por ejemplo cuando no le presto atención o cuando le quitan un juguete o no se lo quieren dar.  Ellas me explicaron que al no saber hablar, el se expresa de otras formas, se da cuenta que al morder genera una respuesta: llamar la atención. Ya sea buena o mala, al fin y al cabo es atención y lo que haga que logre tener atención a él le sirve sin importar el medio.
Los bebés de más de un año, en inglés los llaman “toddlers” (no existe una palabra en español para los niños pequeños entre 1 y 3 años), son muy impulsivos, al no saber hablar su única forma de comunicarse es de manera física. Por eso tenemos que ayudarlos a pasar de lo físico a lo verbal. Nosotros como papás debemos enseñarles y darles herramientas para llevarlos a un espacio más verbal donde puedan expresar lo que les pasa y lo que les molesta. A continuación menciono algunos conceptos que pueden ayudar.
ANTICIPARSE. La anticipación es buena y sirve, podemos anticiparnos para evitar que suceda. Cuando Joaco me viene a morder me anticipo y le digo: “Beso beso”, entonces le cambio la intención. Por más de que el no mordía por no saber dar besos (como yo creía), poco a poco estoy logrando mi objetivo de pasar de mordiscos a besos. Ojo con las amenazas, son una forma de anticiparnos pero no debemos amenazar con cosas que no podemos cumplir o cosas que les pueda generar angustia. Si amenazas con algo cúmplelo. Por ejemplo: “deja de hacer eso o te lo quito”, si lo vuelve a hacer se lo tienes que quitar aunque llore o grite, tienes que hacer valer tu palabra.
EXPLICAR. Ellos entienden todo, explicar el por qué de las cosas sirve un montón. No muerdas porque eso duele y es malo. Esta bueno que puedan ir entendiendo y saber que el “NO” viene con un sentido, de esta forma aprenden a controlar sus impulsos. No hay que exagerar con los “NO’s”, no se puede decir no a todo. Antes de soltar el “NO” debemos preguntarnos porque estamos diciéndolo y darnos cuenta si vale la pena. “No corras en la casa por que…”  si no encuentras el porque o es medio ridículo, entonces tu “NO” no vale la pena. El “NO” no es ambivalente y es mejor no soltarlo, a soltarlo y luego cambiar de opinión ya que eso solo los va a confundir.
RECONOCER LOS SENTIMIENTOS. Es importante darle un valor a lo que tu niño pueda estar sintiendo. Hablar de la emoción y validarla. Por ejemplo cuando Joaco mordió a un niño en el parque este lloro porque le dolió, yo le dije: “Joaquin mira lo que has hecho el llora porque le duele, no se muerde” y realmente se le veía en la cara, mi hijo se sentía mal por lo que había hecho. Allí yo debí decirle: ¿Ahora te sientes mal no? Estas triste porque lo hiciste llorar, pídele perdón, dale un abrazo. En su momento no lo hice porque no se me ocurrió, pero de esa forma le hubiera hablado de sus sentimientos y además darle una herramienta (el perdón) para que se sienta mejor. Yo había escuchado de este concepto antes como “legalizar los sentimientos”, esta bien que estés molesto o que algo te duela, por ejemplo cuando se caen, muchos tendemos a aplaudir y a decir no paso nada, no paso nada; pero eso no esta bien. Mejor es preguntarles si les dolió, donde les duele y abrazarlos para calmarlos, no hacer como si nada hubiera pasado. Si queremos enseñarles a ser expresivos y comunicativos debemos legalizar sus sentimientos, no ocultarlos. La idea es validarlos para que eventualmente puedan hablar de ellos.
TIME OUT. Esta herramienta la podemos empezar a usar desde que son chiquitos (1 año y 3 meses). Yo pensaba que esto era una especie de castigo para cuando eran más grandes, pero psicólogas SOS me explicaron que hacerlo desde ahora ayuda mucho. Más que un castigo se trata de crear un espacio para la reflexión.  Obviamente con Joaquin que sigue siendo bebé sería por un tiempo cortito (1 minuto)  y en un espacio donde no se pueda ir, como por ejemplo su cuna o pack and play, allí los podemos “Mandar a pensar”.  Esto les enseña que sus acciones tienen una consecuencia y además les proporciona ese espacio de reflexión. Es importante crearlo: “Te vas a ir a pensar porque en esta casa no se muerde”.  Me dijeron que si esto lo empiezo a practicar desde ahora es una herramienta que nos va a servir mucho cuando empiecen las pataletas (cosa que le pasa a todos los niños, es algo totalmente normal).
Espero que estos consejos les sean útiles, y obviamente gracias a Psicólogas SOS. Es importante recordar y reforzar estos conceptos de crianza que nos pueden ayudar, la paciencia es súper importante pero somos humanos y si alguna vez la pierdes recuerda que también puedes pedir perdón ya que se enseña con el ejemplo. “Perdóname por gritar. Mami se molestó pero no debe gritar, porque en esta casa no se grita”.  Todavía me quedaron algunos consejos por compartir así que ya vendrá otro post así de interesante.
Psicólogas SOS – http://www.psicologassos.com

 
 
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Escrito por kiki

    8 comentarios

  1. Anónimo 10 marzo 2014 at 10:34 Responder

    Me parececio, bueno muy bien manejado el tema.
    Primera vez que he leido tu blog, muy natural, me gusto.
    Te felicito.

    • Kiki 10 marzo 2014 at 10:38 Responder

      GRACIAS!! Espero lo sigas leyendo 😉

  2. Marce 10 marzo 2014 at 10:45 Responder

    Buenasos consejos. Tengo un libro que te voy a recomendar pero no me acuerdo como se llama! Luego te mando los datos!
    Besos y sigue escribiendo!

  3. Sara 11 marzo 2014 at 16:31 Responder

    Bueno, no necesariamente tienes que publicar mi comentario, ya que antes tiene moderacion, bueno entiendo que como eres mama primeriza siempre querras hacer lo mejor para tu bebe, y hay cosas que elegiras sin saber y por error, pero hay algunos puntos que no me parecen o bueno no a mi, sino que es cientificamente comprobado, que el por ejmplo «time out» no se debe d hacer, mira te invito a que leas esto:
    «¿Y qué aprende un niño cuando se le invita al rincón o silla de pensar?
    Digamos que una niña patea a su hermana, que le da muy duro y la hace llorar, y le decimos «necesitas irte al rincón de pensar. Necesitas ir a tu habitación a pensar acerca de lo que acabas de hacer».
    Observemos entonces qué puede estar pensando esa niña cuando está sentada en su habitación [durante su time-out], ¿qué pasa por su cabeza? ¿Estará pensando: «¡Ah! Ahora comprendo que hacerle daño a la gente está mal»?
    Es literal e irrisoriamente improbable, ¿por qué entonces se nos ocurre hacerlo? ¿qué pasa por su cabeza?
    «Odio a mi hermana», «mis padres son horribles», «no sólo odio a mi hermana, sino que fíjense cómo voy a volver a darle cuando mamá no esté mirando», ¿algo más? Nada de lo que está pasando por su mente puede ser de ayuda alguna porque el castigo no enfoca la atención del niño en lo que pueda haber hecho, por qué estuvo mal hacerlo, qué otra cosa hubiera sido mejor hacer, les enfoca básicamente en procurar evitar un futuro castigo.
    [y les decimos]: «¡Hey! Que no te vuelva a pillar haciendo eso otra vez», y ella piensa «vale, pues a la próxima no me pillarás».
    Pensemos con la cabeza fría, porque si nos ponemos a ver, a primera vista el time-out puede parecer algo menos violento que un castigo físico, pero si miramos más allá nos damos cuenta de que conlleva humillación, ignora los sentimientos del niño, no busca realmente las causas, les enseña (probablemente sin querer) a aislarse cuando tienen un problema en lugar de «juntarnos» o hacer time-in, dialogando las cosas hasta encontrar una solución. El tiempo fuera no resuelve nada, enseña al niño a no expresarse, a buscar maneras de volver a hacer lo mismo sin que lo pillen y disminuye su autoestima.
    Por otra parte, yo sí encuentro violencia en el time-out, aunque no sea violencia física, creo que es violencia psicológica. Muchas veces el niño llora durante toda la duración del tiempo fuera y todos – o al menos casi todos – conocemos las consecuencias a largo plazo de dejar llorar a los niños, del llanto no consolado en general.
    Cabe preguntarnos, ¿les estamos enseñando empatía a nuestros hijos cuando les tratamos así? ¿Qué sentiríamos nosotros si ante un problema, disgusto o comportamiento que desagrada a nuestra pareja nos tratara de esta manera? ¿Y si hiciéramos algo desagradable a nuestros hijos y nos mandaran ellos al rincón de pensar?
    Me da una sensación de bullying, así de simple. ¿Y qué tiene que ver con el bullying? Pues que en cierto modo es un abuso de poder, vemos a una persona «grande» de la cual depende enteramente la persona «pequeña», indicarle retirarse del espacio que están compartiendo. ¿Y qué va a sentir ese niño en esa situación? Pues tristeza, abandono, frustración, ganas de vengarse, de volverlo a hacer y que no le pillen, como bien comenta Alfie, de «perfeccionar» la táctica en lugar de dejar de hacer lo que «estuvo mal».
    ¿No sería más simple y más sano sentarnos juntos a hablar las cosas?
    Los niños repiten muchas cosas porque aprenden imitándonos y muchas veces escapan de nuestra boca palabras que jamás nos hubiéramos creído capaces de pronunciar. Muchas de éstas pasan desapercibidas hasta que un hijo las repite. Benditos espejos son nuestros hijos, benditos maestros con infinito amor y paciencia que nos enseñan a volver a nuestra esencia 😀
    Bueno mama blogera Te recomiendo que busques una ayuda realmente profesional basada en el respeto y la empatia para con tu bebe, y si estos malos consejos que te dan esas psicologas te parece y te surte a ti pues genial, pero no me parece que compartas tips de como «castigar» a un bebe de 1 año y 3 meses, porque a esa edad no se les debe de dar ese llamado time out, por otro lado hablas sobre las amenazas! tremendo error! no puedes hacer eso, y menos decir que se tiene que cumplir que a la siguiente le quitas eso y lo dejas llorando! no por Dios! que malos consejos te dieron. Bueno esto te lo escribo en buena onda, para que antes de publicar un articulo sea lo mas respetuoso hacia el niño, porque muchas mamas que ignoran muchas cosas y no escuchan su instinto te siguen y te copian al pie de la letra, y sabemos que cada niño es diferente, asi es que cuidado con eso! no dañemos a mas nenes

    • Kiki 12 marzo 2014 at 19:17 Responder

      Hola Sara,
      En primer lugar gracias por tomarte el tiempo de escribir. Yo siempre publico todos los comentarios, creo que nadie es dueño de la verdad (mucho menos yo) y justamente este blog es un espacio para compartir y debatir. Hay muchas formas de crianza yo la verdad no soy extremista ni pegada a una sola forma, por otro lado, creo que algunas cosas se mal interpretaron. Me pones mucha presión con eso de que me siguen al pie de la letra, creo que este espacio es mas un medio de identificación y apoyo que de eso que dices finalmente cada mamá hace lo que siente y sigue su instinto.
      Te dejo lo que respondieron amablemente las psicólogas a tu comentario, espero ayuda a aclarar algunas cosas. Gracias 😉
      Dentro de la psicología infantil hay muchas ideas que hoy en día dan vueltas, si bien existen corrientes distintas, nosotras buscamos respetar a los niños y ayudarlos a crecer emocionalmente saludables y tranquilos, con capacidad de reflexionar y libres de tener sus propias ideas y forma de ser. Espero que al terminar de leer esta respuesta a tu mail puedas ver que en realidad estamos más de acuerdo que en desacuerdo.
      Quizás la confusión empieza con el término “time out”, ya que existen distintas formas de aplicarlo, muchas de las cuales consideramos equivocadas. Por ejemplo, a veces lo que se hace es llevar al niño a un rincón a “pensar” y luego de un período determinado de tiempo se le deja ir sin reflexión alguna y sin mayor conversación al respecto. Por ende, es solamente un castigo en base al aislamiento y la humillación aveces. Pero, un niño en pataleta en realidad no puede pensar ni en cosas buenas ni malas, ya que sus impulsos y su malestar inundan su pensamiento sin permitirle razonar con respecto a lo sucedido. Ante esta aplicación del Time out estamos TOTALMENTE en contra. Sin embargo, hoy en día este mismo término se utiliza para describir otra rutina de calma en momentos de crisis.
      La idea es que cuando un niño entra en crisis (y para seguir tu ejemplo, le pega a su hermanita) la rabia y la agresión lo han ganado. Probablemente su deseo natural de hacer valer su opinión lo está dominando. Lo que nosotras proponemos es apartar a ese niño de aquella situación y llevarlo a “calmarse” a un lugar seguro donde no se haga daño ni él ni a otro de manera que no continúe pegándole a su hermana, por ejemplo. Lo que ocurre es que hablar con un niño que no está tranquilo es muy difícil, los niños suelen molestarse fuertemente, gritar, etc., estados que bloquean la capacidad de reflexionar sobre lo que ocurrió. Por eso sugerimos llevarlo a un lugar donde se pueda calmar. Habrá momentos en que se calmarán pronto y otros en los que deberemos conducirlos a la calma con un poco de ayuda “estoy acá esperando que te calmes para poder conversar” o “quizás necesitas que te abrace para ayudarte a calmarte”… Una vez el niño se calme y pueda escucharnos y comprendernos entramos a hablar con él, esta es la parte fundamental del proceso. El niño probablemente aún no ha reflexionado sobre lo que paso, así que nosotros lo ayudamos a entender la situación. Primero reconocemos sus sentimientos siendo empáticos con ellos: “te molestaste, no te gusto, te dio rabia que….y por eso pegaste” (de manera que el niño no se sienta malo, sino que entienda que su reacción, así sea errada, tuvo un motivo), luego le explicamos que si bien lo que siente es válido hay mecanismos más sanos para reaccionar, (si bien no te gustó, no se hace daño), después le damos una alternativa (la próxima vez puedes decirle que eso no te gusta o me llamas para ayudarte) y, por último lo ayudamos a pedir perdón y/o a reparar. Nosotros como adultos debemos disculparlos y pasar la página luego, ya no debemos seguir molestos con ellos, recordarles lo ocurrido una y otra vez o castigarlos de alguna manera. La idea es que el proceso es una herramienta para ayudar a los niños a comprender y respetar las reglas. Siempre debemos decirles que lo hacemos por su bien y porque los queremos porque esa es la verdad.
      Pero todo esto solo va a ser comprendido por un niño que está tranquilo y apto para escuchar. La idea no es dejarlo llorar durante horas, ni minutos, ni mucho menos. Si el chico no lograr calmarse hay que acercarnos e invitarlo a la calma, para luego poder hablar. Sin gritos y sin amenazas, el adulto debe estar siempre calmado, es más, a veces sirve decírselo al niño “voy a tener toda la paciencia del mundo para ayudarte”.
      Cuando hablamos de niños pequeños debemos recordar que son seres impulsivos por naturaleza, sus emociones se irán regulando a medida que vayan desarrollándose y madurando, pero en el camino el impulso es quien los gobierna y los lleva a reaccionar (la mayoría de veces antes de poder reflexionar). La protesta y las pataletas son parte del desarrollo y consideramos importante contar con un recurso que invite a los niños a la calma, ya que sin ella la reflexión no tendrá lugar. Sin embargo, es fundamental aplicar el sistema con calma y paciencia, nunca gritarlos y explicarles que necesitamos que se calmen para poder conversar.
      Por otro lado, es muy importante lo que dices sobre que los chicos aprenden por imitación. Por eso cuando la mamá está muy cargada y va gritar porque está muy molesta, preferimos que se separe del niño, que lo deje, respire y regrese con calma a resolver la situación. De esta manera el espacio de calma también le sirve a ella. Es fundamental dejar al niño en un espacio seguro para que no se haga daño.
      Por otro lado, sentimos que ha habido una mala interpretación sobre las amenazas. Los chicos necesitan constancia de los adultos para sentirse seguros. Ellos necesitan saber que hay un adulto que los cuida y los respeta y que tiene los límites claros porque lo quiere. Por ende, las reglas de nuestra casa deben ser pocas pero siempre respetarse porque están basados en el cuidado de nuestro hijo. Por ejemplo, si nuestro hijo se sube encima de una mesa y se puede hacer daño pues le advertimos que se baja porque se puede golpear. Sin embargo, si lo repite hay que bajarlo para evitar un accidente. Lo mismo si agarra una tijera, si empuja a un amigo o miles de otros ejemplos. La regla es que uno no se hace daño ni le hace daño a otros. Pero no hay amenaza de quitarle un juguete ni mucho menos. Por qué haríamos eso? Que beneficio traería? Justamente la idea es no tener en casa reglas absurdas que no ayudan al niño en nada. Al final son chicos.
      Lo que si creemos es que fue un error nuestro llamar a este método “time out”, ya que si bien existen principios comunes puede llevar a la confusión. En realidad es buscar un espacio para que tanto la madre como el niño se puedan calmar y conversar.
      Esperamos haber aclarado algunas cosas.
      Saludos,
      Mafe y Lara
      PSICOLOGAS SOS

  4. Sara 11 marzo 2014 at 16:35 Responder

    Mira lee este articulo super interesante e importante
    Niños que muerden
    Por Naomi Aldort Autora de Aprender a educar sin gritos, amenazas ni castigos, el link es:
    http://www.crianzanatural.com/art/art153.HTML
    Y ya sabes trata de manejar todo sin castigos ni AMENAZAS, luego cuando el llegue a la adolescencia veras que no fue lo mejor. Saludos

  5. ANDREA 12 mayo 2014 at 19:32 Responder

    Hola! Cuando leo lo que escribes, es como si me hablaras de mi hijo un año atrás. él también mordía de ansiedad o de aburrimiento, y hasta moretones nos dejaba a mi o su papá. Ahora tiene dos años y 10 meses y ya no muerde. No te puede decir que a veces muy rara vez se emociona mucho y agarra un cojín y lo muerde pero ya no lo hace con otros ni a él mismo. Como tu mencionas, eso viene ligado al habla y poco a poco se le va quitando a los niños. Te entiendo perfectamente, porque así como tú, yo también investigue y hablé con varios especialistas que me aconsejaron como lo hicieron contigo. Es muy importante la comunicaciòn y la paciencia y sobre todo el amor que tenemos las mamis para nuestros hijos.

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