Nunca corrí una maratón de 42 kilómetros pero me atrevo a compararlo con un embarazo de 40 semanas. Estoy embarazada de 7 meses acompañando a mi esposo que va a correr su primera maratón, por eso se me ocurre esta analogía. Hace un tiempo que estoy acompañándolo y apoyándolo en su entrenamiento y dieta. Hoy, a un día de la carrera, veo sus nervios, sus noches sin dormir, su ansiedad, y pienso: esto no es muy diferente a lo que vive una embarazada.
Una mujer embarazada también se entrena y prepara tanto físico y mentalmente para poder parir y llegar a ese momento sintiéndonos confiadas y lo más preparadas posible. Leemos, hacemos ejercicio, investigamos y preparamos nuestro cuerpo y mente para dar a luz, para ese gran momento igual que lo hace un runner para la carrera.
Conforme avanza el embarazo sientes que ya no puedas más, estás incomoda, cansada, acalorada, te pesa todo pero sin embargo sigues para adelante. Lo mismo les pasa a los maratonistas en los últimos kilómetros de la carrera. La diferencia es que a las embarazadas nos dura semanas esta sensación, no minutos.
El miedo a lo que vendrá y como te irá te invade, no importa si es tu primer, segundo o tercer parto, lo mismo le pasa a los maratonistas porque cada carrera es distinta. Todo lo nuevo y distinto siempre genera incertidumbre y algo de miedo.  Ayer todos los runners con los que estoy parando decían: «me esta entrando nervios, me cago de  miedo» y yo pensaba esto mismo sentía yo. Lo mismo nos pasa a las embarazadas cuando se acerca la fecha probable de parto, sabemos que el gran momento puede ser en cualquier instante y nos sentimos así.
¿Qué opinan? Según yo es comparable y me ha permitido entender y acompañar más aun a mi esposo en este momento y con suerte el también me entenderá más a mi luego de leer este post! Sentimos, nervios, miedo y pasamos noches sin dormir pero en ambos casos la satisfacción al final es tan grande que vale la pena todo el esfuerzo.]]>