Pensé que el momento en que me distraigo un micro segundo y lo pierdo de vista llegaría más tarde. Pero al año de Joaquin puedo decirles que el puku puku se me pierde en la casa en un toque. Vivo en un departamento y tampoco es tan grande. Pero hace poco literalmente tuve que buscarlo, volteé y ya no estaba! Lo empecé a llamar: «Joaquin! Joaquin!» y nada…  Me paltié horrible. Lo encontré en el walking closet todo oscuro, sacando todo del cajón, obviamente FELIZ. Últimamente es su juego favorito.
Ya no se le puede dejar ni un minuto porque al toque encuentra algo nuevo para investigar. Las puertas de los baños tienen que estar cerradas y las tapas de los waters (inodoros) también! Mejor mantener esa zona de la casa clausurada, porque de lo contrario te puedes encontrar preguntándote en que momento te comiste un carrito, cuando te pares para jalar la cadena y lo veas allí flotando. (De esas cosas que en el momento te pasan de vueltas pero que después terminan siendo una buena anécdota.)
La casa tiene que estar lo más segura posible, básico tapa enchufes, cosas para las esquinas, trabas para no abrir los cajones (que claramente yo no tengo porque sino no seria su juego favorito ese) y si tienes escaleras: rejita (por suerte no es mi caso).
La realidad es que desde que Joaco camina y es más independiente, es una pequeña bala, no para y es súper agotador (el conejito de Duracell se queda corto a su costado). Pero a la vez es lo máximo ver como es más libre, puede investigar y tener más autonomía para hacer lo que quiere. Por la personalidad que tengo siempre pensé que seria una mamá media Hitler, incluso mi mamá me decia tu si que vas a tener a tus hijos bien educados. Ahora me doy cuenta que no es tan fácil, esta criatura me puede… Igual es importante ponerles límites desde ahora. Admito que me cuesta porque me encanta dejarlo ser, pero hay que enseñarles lo que pueden y no pueden hacer porque después nos va a jugar en contra así que a ponernos firmes!

¿Que haces Joaquin?
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Escrito por kiki

    1 comentario

  1. Nalú 10 diciembre 2013 at 13:44 Responder

    Por lo menos no te pusiste a llorar… mi hijo se escondió en el closet y yo busca por todos lados, de pronto escuche una risita y lo encontré, ahora lo recuerdo como anécdota pero en ese momento fue horrible, me asuste tanto.

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