Ser papás no es fácil, es un trabajo que no viene con un manual de instrucciones y que se va aprendiendo en el camino. Hoy en día existe un exceso de información que muchas veces nos termina loqueando más y haciendo sentir culpables sobre lo que debemos y no debemos hacer. En el proceso de crianza hay muchos desafíos pero para mi uno de los más difíciles es poner límites. Creo que sobre todo para las mamás es uno de los desafíos más difíciles, ya que pasamos más tiempo con ellos y de cierta forma somos más emocionales y sobre protectoras con sus sentimientos. El secreto para imponer límites y autoridad es hacerlo con amor, siendo consistentes, claras y mostrando seguridad cuando les hablamos.

“Todos los límites que como padres no les ponemos, el mundo exterior se los pondrá, y de manera menos delicada o afectiva.” Todo lo aprenderán a la larga así que mejor que aprendan límites y como comportarse en casa, que sabes que se lo enseñarás con amor y de la forma que tu consideras mejor. Así evitas exponerlos a situaciones que los puedan lastimar o marcar de por vida, justamente por no saber como manejarse.

Los límites permitirán a nuestros hijos organizar su mundo y su mente y de esta forma, sentirse en un ambiente tranquilo y seguro. En general cuando sabemos que es lo que va a pasar (causa-efecto) estamos más tranquilos y seguros, lo mismo pasa con los niños. Hay que establecer límites y reglas en casa con el objetivo de cumplirlos. Si pones mil reglas y solo cumples la mitad de ellas solo confundes al niño y no va a entender que las reglas impuestas se deben de cumplir SIEMPRE. Por eso es importante establecer límites que valgan la pena y que realmente podrán ser cumplidos.

Les paso algunos tips para trabajar con los más pequeños y que ponerles límites sea menos frustrante para todos.

  • Explicarles, ellos entienden todo. Hay que ayudarlos a verbalizar sus sentimientos, ponerle palabras a lo que les pasa.
  • Enseñarles a esperar su turno. A los niños debemos educarles la paciencia y su capacidad de esperar.
  • Establecer rutinas en casa. Esto es vital para darles seguridad y calma. Organizar su vida mediante horarios estables asociados a rutinas, es decir, a través de actividades que se hacen todos los días de la misma manera y a la misma hora es clave.
  • Enseñarles buenos hábitos. Les dará confianza y enseñará a relacionarse mejor con su entorno. Por ejemplo: Enseñarles a ordenar sus juguetes cuando terminen de jugar con ellos.
  • Enseñarles la importancia de cuidar y respetar a sus amigos. Respetar los deseos de sus amigos y aprender a pedir disculpas cuando se pelean o se chocan.
  • Siempre que conversamos con los niños o queramos establecer un límite debemos hacerlo mirándolos a los ojos, es importante que ellos aprendan a fijar la mirada.

 La crianza no es fácil pero la autoridad y el amor (siempre juntos) serán nuestros grandes aliados. Los niños chiquitos aún no se expresan bien y por eso tenemos que lidiar con pataletas, mordidas, gritos; nosotros como papás debemos enseñarles y darles herramientas para llevarlos a un espacio más verbal donde puedan expresar lo que les pasa y lo que les molesta.

Crédito: Psicologas SOS
Foto: Adriana Kouri Fotografía
 ]]>

Escrito por kiki

Deja un comentario